Las preguntas de la diva...

"Ya me dijeron que estás de diva" Me dijo mi director de carrera al verme sentado dentro de un salón vacío con la cara pegada a esta pantallita. "¿Cuándo no?" Le contesté con una sonrisa en la cara que de algún modo confirmaba la acusación.

Sí, me acuso de ser petulante y soberbio. De considerarme mejor que muchos, similar a algunos, en vías de superar a otros pero inferior a ninguno. Me confieso culpable de menospreciar la mediocridad, de obsesionarme con la trascendencia y de buscar a toda costa llamar la atención. Todos lo saben, no es ninguna novedad ni confesión; como tampoco lo es lo que voy a escribir adelante y no obstante muchos a mi alrededor parecen no saberlo y se preguntan... ¿Por qué yo?

¿Por qué yo? Tal vez porque nunca me he ganado nada, ni una maldita rifa. Todo lo que tengo lo he conseguido trabajando y esforzándome. ¿Por qué yo? Será porque mientras otros ya dormían yo estaba por comenzar a ensayar y mientras ellos comían un domingo por la tarde con sus familias yo estaba parado frente a cientos de personas que esperaban mucho más de mi que una pizza familiar. Porque mientras unos hacían la tarea que dejó el profesor yo preparaba mi clase del día siguiente. Porque no dudé nunca entre ser el primero en hacer algo y uno más en repetirlo. Porque mi mejor palanca han sido mis resultados y mientras unos se quejaban por algo yo ya lo estaba cambiando, no sólo para mi beneficio si no para el de los demás.

Creo que gracias a estos y muchos otros esfuerzos -que la gente no está ni cerca de conocer- hoy la vida me ha presentado una vez más la oportunidad de trascender. Tal vez a la gente le incomoda que sea precisamente yo, el petulante y soberbio cabrón de siempre, el que tenga la "suerte" de estampar su nombre en un proyecto histórico.

El salón ya está lleno y el director de carrera le sigue preguntando con eufemismos a algunas personas "¿Qué podré destacar de tu paso por la Universidad?". No es por menospreciar y mucho menos por ofender, pero a esta diva le daría pena contestar: "Sé hablar Francés", "Grabé un corto" o "Trabajé en TV Patito"

Es que hasta la pregunta ofende. Yo, en vez estar preguntando por qué él, me preguntaría ¿Qué hice durante este tiempo que nadie más ha hecho? ¿Qué cosas cambié? ¿Qué huella dejé? ¿Quién es mejor ser humano gracias a mi aportación a su vida? Y sobre todo ¿Por qué soy valioso como ser humano?

Pero se entiende que esas no sean las preguntas cuando la original es tan difícil de responder.

Así fue...