Ni tanto que queme al santo...

Me resulta casi imposible evitar comentar acerca del caso-reality-tragicomedia que ha sido el balazo a Salvador Cabañas. En lo personal, no me alegro en lo más mínimo por la desgracia del jugador paraguayo -y eso que soy Chiva-, pero considero firmemente que un suceso como este es una milagrosa revelación que por si sola mancha, cuestiona y provoca una fuerte llamada de atención a todos los mexicanos y nuestros patrones de comportamiento. Es uno de esos sucesos comunicativos que rebasan el hecho mismo y se convierten en ejemplos perfectos para todo papá, maestro, abogado, policía,  comunicador, diputado, gobernador y presidente entre otros, que quiera

A penas unas horas después del lamentable incidente fui testigo y partícipe de una discusión a través de twitter en la que varios líderes de opinion como Carlos Loret de Mola, Antonio Rosique, Luis García y León Krauze compartían con sus followers su opinión acerca del atentado contra el americanista. Sin embargo, lo que más llamó mi atención fue la diferencia de opiniones en cuanto a lo poco que todos sabían sobre el suceso.

En algún punto de mi lectura me pareció un poco cuestionable el hecho de que estos personajes estuvieran sacando conclusiones tan apresuradas del hecho y comenzaran a condenar a la despreciable sociedad mexicana y sus autoridades. ¿Cómo era posible que ya no pudiera uno salir a divertirse y que le dispararan en el antro? Eso era en escencia lo que trasmitían sus comentarios, indignación y tristeza.

Inmediatamente después de que se publicara la famosa foto, varios comenzaron a expresar su repudio ante tal amarillismo, bajeza y falta de ética en trabajo periodístico. Mi primer pregunta hacia ellos fue "A penas semanas atrás Televisa y TvAzteca mostraban imágenes de reporteros esquivando Haitianos muertos en en suelo ¿Qué hay de diferente con esta foto? Además, cabe mencionar que yo no había visto la foto ni tenía intención de ver una imagen del jugador ensangrentad, pero fue tal la cantidad de comentarios al respecto que me resultó inevitable rastrearla por la red y hasta guardarla en mi escritorio.  

Lo siguiente me pareció sorprendente: el suceso ocurrió a las 5am aprox. y no fue hasta las 12 del día que tanto nuestras autoridades cómo nuestros periodistas descartaron el movil de "asalto". No se si nos gusta pecar de ingenuos o nos hacemos los demasiado responsables, pero me parece realmente estúpido pensar que puedan asaltar a alguien en el baño del BAR-BAR a las 5am; y lo que es realmente de risa es que una ciudadana que trabaja en los medios twitteara en vivo el suceso y aún así no se tuviera la información correspondiente.

Ahora, cómo yo no soy ni pretendo ser ningún líder de opinión, me dí el permiso de sacar las siguientes conclusiones a las preguntas que se plantearon durante dicha discusión:

1.- ¿Qué hacía Cabañas en un antro a las 5am?

Fácil. Empedarse, socializar, pasear con su esposa a la que casi no ve. Seguramente nuestro querido Chava estaba bastante dolido porque una vez más su mediocre equipo no pudo sacar adelante un partido. Él sabe que tiene para mucho más y la manera más fácil de desfogarlo es saliendo. Muchos periodistas comentaron que el hecho de que él estuviera ahí a esa hora era lo de menos, sin embargo yo difiero. No es lo mismo que te asalten en Chapultepec a las 2 de la tarde mientras juegas con tus hijos a que te disparen en la cabeza a las 5 de la mañana en un ambiente lleno de vicios, prostitución y en dónde el 50% de los presentes carga consigo un arma. En ambos escenarios existe la POSIBILIDAD de que suceda, pero en el de Cabañas la PROBABILIDAD de tener un problema serio era muy grande para el jugador y para cualquiera que se pare ahí.  

2.-¿Qué hacía un antro abierto a las 5am?
Por favor, ¿también van a preguntar por qué olía a cigarro? No mamen. Todos sabemos que esa ley en nuestro país es de chocolate abuelita. Y sí, ahora nos vamos a indignar porque durante los próximos 3 meses nos van a traer checaditos, pero ya encontraremos la forma de burlar su comité de vigilancia. Somos mexicanos, ese es nuestro problema, que pensamos como tal. Que creemos que por nuestras pistolas -literal- podemos cerrar cuando queramos una calle, poner un bote de basura con cemento para que no se estacionen a fuera de mi casa, pararnos en doble fila, meternos en la cola, abrir un bar toda la noche, dejar que fumen y maten gente en los baños sin remordimiento.

3.-¿Cómo metieron los agresores de Cabañas una pistola a un antro?

Indignante impunidad tal vez, pero la realidad, y todos la conocemos...no se hagan los sorprendidos, es que el ambiente de las celebridades y personas influyentes tiene reglas muy diferente al de los mortales. Quien ha ido al Bar Bar sabe lo que pasa ahí, quiénes van y sobre todo...qué tan influyentes son. Así como lo ven en las películas, igualito. Si te conocen no te revisan y si te revisan y traes pistola...seguro no hay pedo.  Ahora porque si hubo, pero diario se corre el riesgo de que a alguien se le pasen las copas y se sienta Pancho Pistolas. 

4.-¿Por que no detuvieron al agresor?
 Porque es, esta emparentado, conoce o se tira a una persona en verdad influyente -y no es "la chiva"- Evidentemente es amigo del dueño del BarBar, quien se dió el lujo de limpiar el baño para recibir a la policía y autoridades, no crean que para cubrir a nadie...si no porque cómo me dice mi mamá ¡Hay visitas! Así que no importa cuanto lo persigan...no lo van a agarrar. El tipo ya se fue del país y está jugando tenis a 200m del suelo en Dubaí -es invento, no me vaya a mandar llamar Marcelo para que declare lo que se-

5.- ¿Por qué le dispararon a Cabañas?

No se, pero por inocente, no. No puedo afirmar nada, pero desde el principio dije que el señor no era precisamente la Madre Teresa y que tiene cola que le pisen. Si, la inseguridad de este país es inhumana, pero cómo dije en el punto número uno: ¡La probabilidad aumenta! Para que te expones si estás viendo y no ves. No se necesita ser profeta para saber desde que se publicaron los primeros detalles de la nota, que nuestro querido Chavita pisó algún callo en las altas esferas del poder. Las teorías hasta ahora dicen que el "JJ" le reclamó la falta de goles, que tenia deudas por perico, que se quiso ver muy gallito, que le arrimaba el camarón a una nada despreciable cubana, etc. La onda es que nunca lo sabremos. Es como cuando de niño haces una travesura comunal y todos prometen nunca decir la verdad. Los involucrados dirán algo, los medios seguro dirán otra cosa y el vox pópuli dirá y creerá lo que le de la gana...cual debe ser.

6.- ¿Es el caso Cabañas un reflejo de lo mal que está nuestro país?

En mi opinión...no. Y no me malinterpreten, yo soy el primero que se queja de que México sea un rastro despiadado; pero lo que creo del caso Cabañas es que es un hecho aislado que si bien refleja el grado de impunidad con el que se manejan ciertas clases sociales de nuestro país, no se le puede relacionar con las muertes, asaltos y secuestros que provocan los verdaderos delincuentes a lo largo y ancho del territorio nacional. El famoso "JJ" no es un narco, asesino o ratero profesional -aunque estoy seguro que la consume, la vende y cuando puede transa y roba- Es un tipo como muchos en nuestra sociedad a quien nunca nadie le ha dicho que no puede hacer lo que se le venga en gana, y tipos como el son los que día a día nos topamos en el tráfico, aventando el carro a aficionados, andando en sentido contrario, pagando/cobrando mordidas y pensándose muy chingones por sacar ventaja de la gente o sentirse VIP. Uno de esos es el "JJ" y en mi opinón también tenia algo de eso Cabañas.

Lo que sí creo, es que gracias a su caso, nuevamente los ojos del mundo están en nuestro país. Miles de personas mueren a causa de violencia en México, la mayoría de ellas injustificadamente, y sin embargo pasan desapercibidos por los medios de comunicación y la prensa internacional. No obstante, el tamaño mediático de la víctima tiene otro efecto de comunicación y lo vuelve, además de trascendente, reafirmante; pues viene a reforzar la ola de prejuicios y actitudes negativas tanto de los extranjeros como de los propios mexicanos hacia las condiciones de vida que imperan en nuestro país.

En fin, hoy nadie se acuerda de Haití y mañana nadie se acordará de Cabañas. Todos somos culpables en este asunto, así que sentir pena por ello es a su vez sentir pena por uno mismo.